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03/09/2018

Toallitas esporicidas vs. limpieza y desinfección en dos etapas

American Journal of Infection Control acaba de hacer público el primer estudio comparativo de la eficacia de toallitas esporicidas desinfectantes pre-impregnadas, frente al procedimiento tradicional de limpieza detergente seguida de desinfección con clorados.

Dado que la implementación efectiva de un nuevo método de higiene siempre requiere llevar a cabo una formación específica del personal, cabe dudar dónde acaba el efecto positivo de tal formación y dónde empieza el del producto en sí. Como veremos en el apartado de resultados, el ensayo en doble cruce, realizado en dos áreas idénticas de hospitalización de pacientes quirúrgicos y cardiovasculares, permite en este artículo discernir tales efectos.

Detalles del estudio

Los procedimientos de higiene ambiental ensayados fueron:

A. Limpieza + desinfección en dos etapas:

  1. Limpieza previa con detergente.
  2. Desinfección posterior con una solución a 1000 ppm de cloro y paños de algodón.

B. Limpieza + desinfección en un solo paso con toallitas pre-formuladas, que generan ácido peracético tras su activación con agua.

Toallitas esporicidas Clinell

El muestreo microbiológico se realizó mediante hisopado de las siguientes superficies en el entorno de los pacientes: controles de la cama, barandillas de la cama, mesilla auxiliar, botón de llamada, silla del paciente, taquilla para los fármacos, silla de inodoro, pomo de la puerta del lavabo, botón de descarga del inodoro, barra de seguridad del lavabo y asiento del inodoro.

Las bacterias aerobias y anaerobias se cultivaron por separado, y se determinaron ciertos microorganismos marcadores mediante cultivo en medios selectivos:

  • Staphylococcus aureus Resistente a Meticilina (SARM, confirmado por técnicas moleculares).
  • Enterococos Resistentes a Vancomicina (ERV).
  • Bacterias productoras de Beta-Lactamasas de Espectro Extendido (BLEE).
  • Enterobacterias Resistentes a Carbapenems (ERC).
  • Clostridium difficile (confirmado por técnicas moleculares).

Además de este muestreo microbiológico, las mismas superficies fueron testadas para presencia de ATP, a fin de monitorizar la calidad de la limpieza realizada.
Entre ambas áreas de hospitalización, se obtuvieron 1566 muestras microbiológicas y 1591 de ATP.

Resultados generales del estudio

  • Las toallitas pre-impregnadas obtuvieron reducciones ampliamente significativas* respecto al período de referencia (limpieza + desinfección en dos etapas, SIN formación previa), para:
    – Aerobios totales.
    – Anaerobios totales.
    – ATP.
  • La formación general (sobre el uso de desinfectantes, limpieza y prevención de infecciones), también tuvo por sí sola, respecto al período de referencia, cierto efecto reductor en los tres apartados, pero solo fue significativo en el asiento del inodoro y la mesilla auxiliar. Eso sí, se redujo el número de muestras con valores considerados demasiado altos, tanto de microorganismos como de ATP.
  • Respecto a los períodos de limpieza + desinfección en dos etapas, CON formación previa, las toallitas pre-impregnadas obtuvieron reducciones ampliamente significativas para aerobios totales (no para anaerobios) en las dos áreas, y reducciones de ATP en sólo una de ellas.
  • En el Área 1 (donde se reintrodujo el procedimiento en dos etapas tras la implementación de toallitas pre-impregnadas), se produjo un re-incremento generalizado (salvo para el botón de llamada) en los recuentos microbianos, mayor para aerobios que para anaerobios. El aumento sin embargo, sólo fue significativo para el botón de descarga del inodoro, la mesilla auxiliar y la taquilla para los fármacos.

*Nota: Se consideró en el conjunto del estudio una P ˂ 0,001.

Conclusiones de los autores

  • El uso de las toallitas esporicidas pre-impregnadas redujo significativamente la carga microbiana en una gran proporción de superficies de contacto frecuente, en comparación, en igualdad de condiciones, con un procedimiento en dos etapas, de limpieza detergente seguida de desinfección con clorados.
  • El escaso número de toallitas empleadas permite deducir que en realidad, no se respetó el procedimiento recomendado “1-toallita-1-dirección-1-superficie”. Aun así, la eficacia demostrada parece debida a la capacidad de estas toallitas en particular de no transferir la contaminación entre superficies, como ya mostró un trabajo anterior.
  • Queda claro que los mejores resultados provienen de la combinación de un producto eficaz, apropiadamente utilizado, con la formación del personal y la verificación de su uso correcto.
  • En este aspecto, a la formación por sí sola se le puede atribuir un 17% de reducción en los recuentos de aerobios en ambas áreas, mientras que la introducción de las toallitas pre-impregnadas es responsable de un 34% de reducción adicional en el Área 1 y de un 40% en el Área 2.
  • El coste/eficacia de las toallitas pre-impregnadas puede verse justificado por:
    – Su facilidad y rapidez de uso, con instrucciones claras.
    – Descartan la necesidad de diluir biocidas concentrados, con el consiguiente riesgo de error humano.
    – Optimizan la combinación de formulación desinfectante y material de la toallita (reduciendo riesgos de contaminación cruzada).

Resultados particulares del estudio

Respecto a los microorganismos marcadores seleccionados:

  • El número total de muestras positivas (confirmadas) para Clostridium resultó ser demasiado bajo como para llegar a conclusiones, por lo que los autores decidieron no reportar los resultados.
  • Se obtuvo un gran número de muestras positivas para estafilococos, pero la proporción de muestras de SARM (confirmadas) también resultó ser insuficiente como para que los autores reportaran los resultados.

Respecto al resto de Bacterias Multirresistentes (BMR):

En el Área 1 (referencia → toallitas pre-impregnadas → limpieza + desinfección):

  • La introducción de las toallitas pre-impregnadas redujo el número de muestras positivas para el resto de BMR (ERV, BLEE o ERC) de 22 a 5 (del 7% al 1% del total).
  • La reversión al procedimiento en dos etapas supuso un re-incremento a 14 muestras positivas (3% del total, proporción inferior a la línea basal del Área 2, que resultó estar más limpia en términos generales).

En el Área 2 (referencia → limpieza + desinfección → toallitas pre-impregnadas):

  • La formación general, por sí sola, redujo de 13 a 7 el número de muestras positivas para BMR.
  • La implementación de toallitas pre-impregnadas redujo aún más el número, hasta 3.

 En total, ERV fue la BMR más representada, con un 6% del total de muestras, halladas sobre todo en el asiento del inodoro y en la barra de seguridad del lavabo (algo esperable para un enterococo).

Nuestras observaciones adicionales

  • Enfatizamos la vital importancia de la formación del usuario. Es un hecho bien comprobado que el simple uso de toallitas pre-impregnadas, por sí solo, NO garantiza su eficacia. Y hay que recordar que en este estudio, en todos los casos, SIEMPRE hubo formación previa.
  • Las toallitas empleadas en este trabajo están diseñadas para su acción esporicida. Sin embargo, la presencia de Clostridium en las dos áreas resultó ser discreta. Es lógico pensar entonces que, la gran eficacia que muestran respecto al procedimiento en dos etapas (limpieza + desinfección a 1000 ppm de cloro libre), incluso cuando hablamos de baja contaminación por esporas, se debe a que, cuanto más alta sea la capacidad desinfectante de la toallita, menor es el riego de contaminación cruzada, a pesar de un uso sub-óptimo (como el descrito en este trabajo).

A la vista de estos resultados, ¿tiene sentido escatimar en los costes en productos desinfectantes?

Si nuestro objetivo es mejorar la eficacia de los procedimientos de higiene, parece lógico dar preferencia a aquellos productos que muestren un uso más simple (lo que mejora la adhesión a tal uso) y una eficacia en tiempos más breves (lo que incrementa la robustez del procedimiento en condiciones sub-óptimas).

Quizás es hora de que, como ya ocurre en higiene de manos, el consumo de desinfectantes, expresado de forma funcional (número de toallitas consumidas por paciente/día), se convierta en un marcador usual de calidad hospitalaria.

Para más detalles sobre el estudio, os dejamos el enlace a la versión on-line aquí.

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