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Autor del artículo
Eladio Gómez

Director Científico en Vesismin Health

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17/02/2022

Uso de absorbentes y Dermatitis Asociada a la Incontinencia: las cifras que las sábanas ocultan

La Guía AEU, Asociación Española de Urología, de ATENCIÓN A PERSONAS CON INCONTINENCIA URINARIA (2020) lanza en unas pocas líneas, dos mensajes que se nos antojan difíciles de conjugar entre sí:
“La incontinencia es un problema sanitario con un impacto significativo en las vidas tanto de las personas que la padece como de sus cuidadores, con graves implicaciones para las economías sanitarias en términos de prestación de cuidados sociales y en salud. El cuidado de la continencia no supone actualmente una prioridad para los administradores del sistema sanitario.”

Pero ¿cómo puede no ser una preocupación prioritaria, a la vista del peso de los argumentos, incluso económicos, que la propia Guía AEU aporta?:
“(…) el coste económico de la IU (Incontinencia Urinaria) supone el 2% del presupuesto en los países desarrollados, del que el 90% lo justifica el uso de accesorios. Así en algunas áreas españolas el incremento del coste asociado a estos productos supone un crecimiento del gasto cercano al 20%.
Una utilización inapropiada de estos productos puede afectar negativamente a la autoestima, calidad de vida, independencia del paciente y afecta a la carga de trabajo de los cuidadores, que debe dedicar un tiempo adicional tanto a la preparación de la piel, la higiene y el cambio del absorbente.”
Y eso sólo en referencia a la incontinencia urinaria, desasociada de la incontinencia fecal con la que puede concurrir, para mayor gravedad.

Esta advertencia de la AEU de que nuestro sistema sanitario no prioriza el cuidado de la continencia (hablamos siempre de cuidar la continencia, de forma preventiva, antes que de cuidar la incontinencia, de forma curativa), parece confirmarse a la vista de los resultados y conclusiones obtenidos en un estudio español realizado entre ingresados hospitalarios:
“De los 228 pacientes ingresados 83 (34,4%) llevaban pañal y de ellos 25 (30,1%) no tenían criterios para su uso. El 28,8% (21) no utilizaba pañal previamente al ingreso siendo en la mitad de ellos inadecuado su uso.”
“Además del uso inadecuado, otros errores frecuentes son el uso de absorbentes de talla excesiva tratando de conseguir una mayor absorción, utilizar dos absorbentes superpuestos con el objetivo de lograr una mejor protección y menos cambios, utilizar absorbentes supernoche durante el día para evitar cambios o cuando hay incontinencia fecal y urinaria, o utilizar absorbentes tipo supernoche cuando el paciente conserva la movilidad, a pesar de que deben quedar reservados para una incontinencia grave y poca movilidad nocturna”
“Los resultados de este estudio ponen de manifiesto la excesiva frecuencia con la que se utilizan los absorbentes de incontinencia de forma inadecuada en personas adultas hospitalizadas y la falta de uso de una escala validada como indicador para la adecuación de su uso. Este abuso tiene consecuencias a diferentes niveles, tanto a nivel personal, familiar, social y económico, sin que los profesionales sean conscientes de ello.”

Coincide en ello la Guía UK “Guidance for the provision of absorbent pads for adult incontinence. A consensus document. 2021”:
«La ‘costumbre y práctica’ de proporcionar automáticamente productos absorbentes a adultos (incluidos aquellos con una discapacidad reconocida) no es apropiada, y podría considerarse discriminatoria. Si un individuo tiene capacidad y rechaza el tratamiento, no se le ofrecerá la provisión de absorbentes como alternativa (una excepción puede ser el final de la vida)».
“No se deben suministrar absorbentes envolventes (pañales) a pacientes hospitalizados o bajo atención domiciliaria donde haya atención disponible las 24 horas, a menos que la higiene corporal esté clínicamente contraindicada (…)”.

Sean cuales sean las causas para las altas tasas en los hospitales españoles de tal incontinencia “sobrevenida”, y que no creemos ajenas a la escasez de enfermeras en activo en el país, la reciente “Guía de Recomendaciones Prácticas en Enfermería en la Incontinencia” del Consejo General de Enfermería explica que “la incontinencia (urinaria, fecal o mixta) puede dar lugar a numerosas complicaciones. Posiblemente una de las más relevantes sean las lesiones cutáneas, ocasionando importantes repercusiones al comprometer la integridad de la piel, predisponer a infecciones cutáneas e incrementar el riesgo de padecer lesiones por presión (LPP) cuando otros factores de riesgo están presentes (…) A estas lesiones cutáneas ocasionadas por la acción de las heces y/u orina provenientes de la incontinencia se les ha denominado Dermatitis Asociadas a la Incontinencia (DAI).”
Con anterioridad ya nos hemos referido a ellas en este blog: Prevención y manejo de la Dermatitis Asociada a la Incontinencia.

Nos faltan datos por ahora para estimar la incidencia y los costes específicos de la DAI en España, desagregados de los de la incontinencia, ya que ésta es una condición clínica que, tristemente, tiende a no comunicarse. Sin embargo, un reciente y amplio estudio USA nos puede dar importantes pistas al respecto de dichos costes. Como nos ocurre aquí, los autores advierten de que, tanto la incontinencia como la DAI, suelen no reportarse y por tanto, su impacto total está claramente subestimado en sus bases de datos nacionales. A pesar de ello, la muestra obtenida de 1587 pacientes con DAI ofrece datos muy interesantes sobre los sobrecostes que esta dermatitis provoca:

Figura: Box and whisker plot of the total index hospital cost by incontinence and IAD treatment status.


Incrementos medios de gasto debidos a DAI:

Población hospitalaria general
5.851 $/paciente, respecto a Incontinencia sin DAI.
9.119 $/paciente, respecto a no-Incontinencia.

Pacientes mayores de 75 años
3.682 $/paciente, respecto a Incontinencia sin DAI.
4.898 $/paciente, respecto a no-Incontinencia.

Pacientes ingresados en UCI
3.940 $/paciente, respecto a Incontinencia sin DAI.
10.349 $/paciente, respecto a no-Incontinencia.

Datos epidemiológicos recientemente publicados, también en USA (www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6716554/pdf/wocn-46-285.pdf, www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5757660/pdf/wocn-45-63.pdf) proponen horquillas estimadas entre un 18% y un 46,6% de pacientes incontinentes en Hospitales de Agudos, de los cuales entre un 19% y un 45,7% padecerían DAI. Eso significa que entre la población hospitalizada USA, no menos de un 3,4%, y hasta un 21,3% podrían llegar a padecer DAI. Esta horquilla encaja además muy bien con estimaciones anteriormente publicadas, que hablaban de incidencias de 3,4% – 25% y prevalencias de 5,6% – 50%.

Sea como fuere, parece obvio que nos hallamos ante una de las comorbilidades más frecuentes entre pacientes hospitalizados, y cuyos costes incrementales parecen haber sido trágicamente ignorados hasta ahora. Es pues evidente que preservar la continencia del paciente, proponiendo sistemas higiénicos alternativos, y prevenir la DAI cuando ello no sea posible, deberían convertirse en claras prioridades de nuestros Sistemas Sanitarios, por el bien, no sólo de su calidad asistencial, sino de su propia sostenibilidad económica.

¿Y qué hay de los costes de dicha prevención de la DAI? El Skin Integrity Research Group (SKINT) de la Universidad de Ghent (Bélgica), dirigido por el Dr. Beeckman, acaba de publicar una detallada revisión sistemática, mediante datos obtenidos bibliográficamente de todo el mundo, de dichos costes.


Desgraciadamente, los datos disponibles para los autores son limitados en algunos aspectos relevantes, pero algunas conclusiones a las que sí han podido llegar son muy interesantes. No entraremos a analizar los costes de limpieza y de protección de barrera por separado, sino que nos centraremos en los costes de los procedimientos conjuntos y completos de limpieza + protección, y sólo en Unidades de Agudos, dada la falta de datos referentes a centros de larga estancia. Un breve recordatorio respecto a las familias de productos destinados a ello:

Fuente: https://journals.lww.com/jwocnonline/Fulltext/2021/11000/Incontinence_and_Incontinence_Associated.11.aspx


Las estimaciones del SKINT de costes directos medios por día y paciente (lo normal son varias aplicaciones al día) para distintas estrategias de higiene preventiva de la DAI en Unidades de Agudos son:

2 pasos: producto de limpieza sin aclarado + spray de barrera (polimérico) → 7,41 $ diarios
2 pasos: toallita limpiadora + crema/spray de barrera → 20,17 $ diarios
1 paso: toallita “3 en 1” → 3,00 $ diarios


A la vista de todos los recientes datos que hemos intentado recoger aquí, nos parece claro que:

– La incontinencia en pacientes hospitalizados no puede seguir siendo un problema oculto a la vista y al análisis. Todos los indicios apuntan a que supone una carga difícilmente tolerable para nuestros sistemas sanitarios, y es imprescindible monitorizarla adecuadamente para poder cuantificar su incidencia y costes.

– Incluso obviando (difícilmente) el bienestar y dignidad del paciente, es inviable seguir ignorando el sobrecoste de miles de euros durante su estancia hospitalaria que los últimos estudios atribuyen a la incontinencia.

– La primera prioridad debiera ser el cuidado de la continencia, facilitando al paciente los medios para practicarla y ejercerla. El uso ponderado de materiales absorbentes debiera quedar restringido a aquellos casos y situaciones que lo hagan realmente imprescindible.

– En estos casos de incontinencia no evitable, es absolutamente prioritario evitar al menos la contingencia de la DAI. Además de los indeseables efectos de ésta, e incluso sin tener en cuenta la eventualidad de que acabe deviniendo en ulceraciones y/o infecciones, la inversión diaria de unos pocos euros por paciente y día no debiera ser nunca un obstáculo para la prevención de una condición de comorbilidad que cuesta miles de euros por paciente afectado.

– Precisamente en un entorno hospitalario como el español, falto en recursos, sobre todo humanos, y sobre todo de Enfermería, es donde debiera ser más importante optar por las soluciones higiénicas de mayor usabilidad y que permitan a nuestras enfermeras cuidar la integridad cutánea del paciente incontinente de la manera más eficiente y digna, con menor inversión de tiempo.

Unos pocos euros al día y, sobre todo, invertir en atención al paciente, pueden hacer mucho. No permitamos que nuestras deficiencias estructurales afecten a su bienestar.

Fuente: https://www.oecd.org/spain/Espa%C3%B1a-Perfil-sanitario-nacional-2019-Launch-presentation.pdf

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