COVID-19: opciones en reprocesamiento de EPIs en caso de escasez
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Director Médico en Vesismin Health
Las ITUs son el tipo más común de las IRAS
La Infección del Tracto Urinario (ITU) es el tipo más común de infección bacteriana adquirida en un hospital1 y puede afectar al tracto urinario superior (pielonefritis) o inferior (cistitis). Las infecciones urinarias asociadas al cateterismo de la vejiga son extremadamente comunes y la infección se produce debido al uso de materiales contaminados, la falta de técnicas de inserción aséptica o al cateterismo prolongado.
La instrumentación del tracto urinario, incluido el cateterismo vesical, y la aparición de enfermedad prostática son los factores más implicados en el aumento de la incidencia de infecciones en los hombres2. Entre ancianos y personas hospitalizadas, las tasas de ITU son elevadas por los factores antes mencionados, así como por la presencia de comorbilidades que aumentan la susceptibilidad a las infecciones.
Origen endógeno y exógeno
La mayoría de los microorganismos que causan las ITU-SU (Infección del Tracto Urinario Asociada a Sonda Uretral) son de origen endógeno y proceden de la colonización del periné por flora entérica3 que de manera ascendente alcanzan la vejiga. En general en el 66% de los casos los microorganismos migran al biofilm por el área externa del catéter. La colonización exógena contribuye en menor proporción: en un 34% de los casos se adquiere la contaminación por vía intraluminal y en un 15%4,5,6por transmisión cruzada a través de las manos del personal sanitario. Excepcionalmente, el origen de las ITU-SU es hematológico, produciendo en estos casos ITU complicadas.
Hasta 70% de las ITU-SU son consideradas evitables
En números, las ITU representan casi el 40% de todas las infecciones nosocomiales y consideramos que hasta el 25% de los pacientes hospitalizados tienen colocado un catéter urinario durante su estancia7. Estudios prospectivos8,9,10 han demostrado que un 0,4%-4% de los pacientes con bacteriuria asociada a sondaje uretral desarrollan bacteriemia, siendo la mortalidad en estos casos elevada (12.7% – 32,8%). La bacteriemia asociada a la ITU-SU permanente es menos del 4%11,12,13. En el año 2000, se publicó que el coste atribuido a las ITUs asociadas al sondaje uretral es de 2.836 dólares por episodio14,15. En EEUU las ITU-SU suponen un coste anual de 131 millones de dólares16.
En las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs) es habitual el uso de sonda uretral: entre el 50% y el 80% de los pacientes ingresados en las UCI de adultos son portadores de catéter uretral 17,18,19. Las bacteriurias asociadas al sondaje vesical elevan la morbilidad, la mortalidad y el coste, en particular si es una bacteriuria complicada. Hasta 65%-70% de las ITU-SU son consideradas evitables, siempre que se implementen correctamente las prácticas de prevención de infecciones21,22.
7 medidas para prevenir las ITUs
Se han evaluado varias prácticas para prevenir las ITU adquiridas en el hospital23,24. Dichas prácticas incluyen:
1. Usar sondas urinarias solo cuando sea necesario.
2. Retirar los catéteres cuando ya no se necesitan mediante el uso de varios sistemas de “recordatorio”.
3. Usar catéteres antimicrobianos en pacientes con mayor riesgo de infección.
4. Usar catéteres externos (o tipo condón).
5. Mantener una técnica de inserción adecuada.
6. Aplicación y adaptación de programas de control y prevención de ITU.
Como ejemplo, el Programa ITU Zero25, cuyos objetivos principales son:
– Reducir la tasa de infección urinaria relacionada con el catéter uretral a≤ 2,7 episodios por 1000 días de dispositivo, lo que representaría una reducción del 40% de la tasa media de los últimos 5 años.
– Un ratio de uso de catéter uretral ≤ a 0,7 días de dispositivo por el total de estancias en los pacientes ingresados en las unidades de cuidados intensivos.
Como el resto de los Programas Zero, el Programa ITU Zero incorpora una parte clínica con recomendaciones específicas y estandarizadas sobre la indicación, inserción y mantenimiento de la sonda urinaria, así como una serie de recomendaciones de “no hacer”.
Una de las primeras recomendaciones del programa es: 1) Evitar la inserción de catéteres urinarios y 2) Considerar alternativas al sondaje, como los aparatos de ultrasonidos portátiles para la valoración de la vejiga25.
7. Usar los sistemas escáner para la medición del volumen de vejiga.
Un escáner de vejiga es un dispositivo de ultrasonido portátil y manual que puede realizar un escaneo rápido, fácil y no invasivo de la vejiga. El escáner tiene una sonda de ultrasonido y un transductor para reflejar las ondas sonoras, desde la vejiga del paciente hasta el escáner. Seguidamente, los datos se transmiten a una computadora en la unidad portátil para calcular automáticamente el volumen de la vejiga.
La exploración de la vejiga es indolora para el paciente y elimina los riesgos asociados al cateterismo innecesario. El escaneo tarda solo un par de minutos en completarse (poner gel, buscar vejiga, escanear…), aunque la medición en sí se realiza en cuestión de segundos, no requiere la operación de un ecografista y puede evitar procedimientos invasivos innecesarios.
Hay varios beneficios adicionales al usar un escáner de vejiga como herramienta de diagnóstico. En el entorno de los cuidados agudos, los escáneres de vejiga pueden ayudar en el diagnóstico, la evaluación y el tratamiento de la Retención Urinaria Posoperatoria (RUP) y ayudar a prevenir las infecciones del tracto urinario asociadas con el catéter. Además, los estudios han demostrado que los escáneres vesicales son más efectivos que la palpación manual en la evaluación de la distensión vesical posoperatoria26. El escáner de vejiga se puede utilizar para ayudar a identificar la distensión de la vejiga, determinar las causas de la frecuencia urinaria y la irritabilidad de la vejiga, y es una herramienta útil para usar en el entrenamiento de la vejiga. Un escáner de vejiga también puede ser útil para ayudar con una evaluación precisa del estado de hidratación de un paciente.
Otros usos de los escáneres de vejiga incluyen la identificación de una sonda de Foley bloqueada, la evaluación del estado y la función de la vejiga después de la extracción de una sonda urinaria permanente y como herramienta de biorretroalimentación en el entrenamiento de la vejiga.
Los sistemas de mediación de la vejiga contribuyen en la prevención de las infecciones del tracto urinario proporcionando una medición no invasiva del volumen de la vejiga, mediante la utilización de imágenes 3D y mediciones ultrasónicas en tiempo real, captadas desde la superficie abdominal. El personal de enfermería continúa siendo básico, incluso para aquellos con más experiencia en la detección de la RAO (Retención Aguda de Orina), ya que ahora disponen de una herramienta que se sitúa entre la sintomatología que remite el paciente y la toma de decisiones, obteniendo un dato cuantitativo y preciso del volumen de la vejiga. Esto redunda en una mejor gestión y la correcta toma de decisiones.
Incorporación fundamental del escáner vesical en los protocolos hospitalarios
El uso del escáner vesical para la evaluación y monitorización del volumen residual en pacientes postoperatorios inmediatos reduce los cateterismos innecesarios y por tanto el riesgo de infección urinaria asociada al cateterismo, acortando la estancia hospitalaria. Basándonos en la literatura y las recomendaciones de la Asociación Europea de Urología (AEU) 27 y en el programa ITU-Zero, sugerimos la incorporación del escáner vesical a los protocolos de control de infecciones y prevención de las IRAS en nuestros centros de salud españoles, como herramienta fundamental para reducir las UTIs.
Referencias
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