Último artículo de revisión sobre la eficacia de las toallitas desinfectantes
El profesor John Boyce ha redactado un excelente artículo de revisión que proporciona una panorámica general…
Director Médico en Vesismin Health
Clara, una mujer de 45 años, había sido admitida en el hospital para una cirugía rutinaria de vesícula. Todo parecía ir bien: la operación fue un éxito, y después de un par de días de observación, Clara estaba lista para regresar a casa. Sin embargo, justo antes de ser dada de alta, empezó a notar una leve molestia en la zona de la incisión quirúrgica.
Al principio, pensó que era normal. «Es parte de la recuperación», se repetía. Pero al día siguiente, la molestia se convirtió en un dolor punzante, y el área alrededor de la herida quirúrgica comenzó a enrojecerse y a inflamarse. Preocupada, lo mencionó al personal sanitario durante la revisión rutinaria.
El equipo médico revisó la herida e identificó claros signos de infección: calor, hinchazón y un ligero drenaje purulento. Clara fue diagnosticada con una Infección del Sitio Quirúrgico (ISQ) 1, un tipo común de las Infecciones Relacionadas a la Asistencia Sanitaria (IRAS) y una complicación que puede ocurrir en hospitales incluso con protocolos de higiene y desinfección estrictos. A pesar de los cuidados postoperatorios, las bacterias responsables, como Staphylococcus aureus, pueden infiltrarse en heridas a través de la piel.
El médico de Clara decidió empezar un tratamiento con antibióticos intravenosos de amplio espectro para detener la infección antes de que se propagara. Sin embargo, la situación empeoró rápidamente. A pesar de los antibióticos, la infección no solo persistió, sino que comenzó a extenderse más allá de la incisión, alcanzando el torrente sanguíneo. La fiebre de Clara subió a 39°C, y empezó a sentir escalofríos y confusión. Las bacterias habían invadido su sistema, desencadenando una respuesta inmunitaria descontrolada. Esta respuesta es conocida como: Sepsis. 2
La sepsis es una afección potencialmente mortal que surge cuando la respuesta del cuerpo a una infección daña sus propios tejidos y órganos 2. La sepsis ocurre cuando la respuesta local del cuerpo a una invasión y toxinas microbianas se expande por todo el cuerpo; en el caso de Clara, fue una infección quirúrgica.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), ocho millones de pacientes mueren de sepsis cada año en todo el mundo, aproximadamente una persona cada cuatro segundos, y se registran de 20 a 30 millones de casos 3. En los últimos diez años el número de pacientes se ha duplicado, y los estudios consideran que la tendencia seguirá al alza. En Estados Unidos al menos 1,7 millones de adultos desarrollan sepsis. Casi 270.000 estadounidenses mueren como resultado de la sepsis, y 1 de cada 3 pacientes que mueren en un hospital tiene sepsis 4.
En España, la sepsis afecta a 50.000 personas cada año (104 casos por cada 100.000 habitantes), de las cuales 17.000 mueren 5. Estas cifras, indican que la muerte por sepsis es 13 veces superior a los fallecidos en accidentes de tráfico, y ostensiblemente superior a las muertes provocadas por algunos cánceres comunes y que despiertan amplia preocupación social, como el de mama, colon, páncreas o próstata.
Para prevenir la sepsis, en cualquier caso, tras una intervención quirúrgica, es crucial tomar una serie de medidas tanto antes como después de la cirugía, así como en el seguimiento postoperatorio.
a. Higiene y desinfección:
Antes y durante la cirugía, el equipo quirúrgico debe seguir estrictas normas de antisepsia para minimizar el riesgo de contaminación. Esto incluye la higiene de manos, la desinfección adecuada de la piel, el uso de instrumental esterilizado, la correcta vestimenta del equipo médico (guantes, mascarillas, batas) y la desinfección de las superficies antes y después de la cirugía.
b. Gestión de la herida:
La primera línea de defensa contra la sepsis es mantener la herida quirúrgica limpia y protegida de bacterias.
El cuidado exhaustivo de la herida quirúrgica debe incluir una correcta antisepsia durante la cirugía y cuidados postoperatorios, como el cambio regular de vendajes estériles postoperatorio y la limpieza adecuada de la herida con soluciones antimicrobianas eficaces.
Soluciones antimicrobianas: El diclorhidrato de octenidina (octenidina) se introdujo para la antisepsia de la piel, las mucosas y las heridas hace más de 30 años. Durante los últimos años, la octenidina ha adquirido un reconocimiento mundial, a través de varios estudios in vitro sobre eficacia, tolerancia, seguridad y experiencia clínica, tanto a partir de informes de casos como de ensayos controlados prospectivos. Hoy en día, la octenidina es un antiséptico consolidado en un amplio campo de aplicaciones6. El uso de productos a base de la octenidina como octenilin® Solución de Irrigación para Heridas y octenilin® Gel para Heridas reduce la colonización bacteriana de las heridas gracias a sus características:
1. Amplio espectro de eficacia: bactericida, fungicida, eficacia contra virus envueltos (incluye patógenos multirresistentes).7,8
2. Efecto a largo plazo: residual durante 48 horas.9
3. Mayor Tensión-Actividad: favorece la penetración en la herida.10,11
4. Índice de Biocompatibilidad elevado: no tiene efectos citotóxicos en el tejido humano.12
5. Sin reporte de anafilaxis: ideal en Neonatología y durante la gestación.12
6. Solución incolora.
7. Muy rápido inicio de acción: 1min. La octenidina tiene mayor velocidad de acción in vitro que el resto de los antisépticos con efecto remanente, especialmente en presencia de materia orgánica.
c. Monitoreo constante de la herida y del estado de salud:
Una vigilancia estrecha del sitio quirúrgico es fundamental para detectar los primeros signos de infección, como enrojecimiento, hinchazón, dolor, calor o secreciones purulentas. También es importante monitorizar la temperatura y otros síntomas sistémicos, como fiebre o fatiga. La identificación temprana de una infección permite iniciar el tratamiento antes de que la situación empeore.
d. Uso adecuado de los antibióticos:
En algunos casos, los médicos pueden administrar antibióticos profilácticos antes de la cirugía para reducir el riesgo de infecciones postquirúrgicas, especialmente si la paciente tiene factores de riesgo. Si se detecta una infección, iniciar inmediatamente un tratamiento antibiótico adecuado es clave para evitar que las bacterias se diseminen al torrente sanguíneo.
e. Educación del paciente:
El paciente debe ser informado sobre cómo cuidar su herida y reconocer los síntomas de una posible infección. Debe saber cuándo y cómo cambiar los vendajes, cómo mantener la zona limpia y qué señales de alerta observar, como fiebre alta, aumento del dolor, hinchazón o cambios en el color de la herida. Si el paciente detecta cualquier signo preocupante, debe contactar al equipo médico de inmediato.
f. Seguimiento médico regular:
Las citas de control postoperatorio son fundamentales para monitorear la evolución de la cicatrización. Durante estas visitas, los médicos pueden evaluar la herida y, si es necesario, ajustar el tratamiento para prevenir complicaciones. Un seguimiento cercano reduce el riesgo de que una infección local no tratada se convierta en sepsis.
g. Manejo de factores de riesgo subyacentes:
Si el paciente tiene condiciones crónicas que la hacen más vulnerable a las infecciones, como diabetes o un sistema inmunológico debilitado, es fundamental controlarlas durante el periodo de recuperación. Por ejemplo, mantener niveles estables de glucosa en sangre puede ayudar a evitar complicaciones en la cicatrización.
h. Rápida intervención en caso de infección:
Si los signos de infección progresan, es crucial actuar rápidamente. Una vez que la infección se disemina al torrente sanguíneo, se puede desencadenar la sepsis, una respuesta inflamatoria sistémica peligrosa. El equipo médico debe estar preparado para intervenir con antibióticos, líquidos intravenosos y otros tratamientos de soporte vital para controlar la infección y evitar un shock séptico.
La gestión adecuada de las heridas es crucial no solo para la curación efectiva, sino también para prevenir complicaciones graves como la sepsis.
La sepsis, esta respuesta potencialmente mortal a una infección, puede desarrollarse cuando las bacterias ingresan al torrente sanguíneo a través de una herida mal tratada o infectada y aquí destacamos la importancia de la gestión de una herida. La prevención de la sepsis debe basarse en la detección temprana de infecciones, un cuidado riguroso de la herida, el uso adecuado de antimicrobianos y antibióticos, y un seguimiento médico cercano. La educación del paciente y la intervención rápida ante los primeros signos de infección son fundamentales para evitar que la infección local progrese a una situación de riesgo vital como la sepsis.
La experiencia de Clara subraya algo que el personal sanitario sabe bien: en un entorno hospitalario, incluso con los más altos estándares de higiene y cuidado, las infecciones pueden desarrollarse y, si no se tratan rápidamente, se pueden convertir en una sepsis potencialmente mortal. ¡Clara se salvó gracias a la rápida acción de los profesionales sanitarios! Pero su historia es un recordatorio de la importancia del cumplimiento con los protocolos de higiene hospitalaria y el rol crucial de una gestión correcta de las heridas quirúrgicas (sobre todo aquellas infectadas) para prevenir una sepsis y lograr una curación rápida.
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Referencias:
1. Gómez-Romero FJ, Fernández-Prada M, Navarro-Gracia JF. Prevention of Surgical Site Infection: Analysis and Narrative Review of Clinical Practice Guidelines. Cir Esp. 2017 Nov;95(9):490-502. English, Spanish.
2. Singer M, Deutschman CS, Seymour CW, et al. The Third International Consensus Definitions for Sepsis and Septic Shock (Sepsis-3). JAMA. 2016;315(8):801-810.
3. Centers for Disease Control and Prevention [Internet]. Atlanta: Department of Health and Human Services. What is Sepsis? 2016 Aug 23 [cited 2019 Sep 10]. Available from: https://www.cdc.gov/sepsis/what-is-sepsis.html
4. Rudd KE, Johnson SC, Agesa KM, Shackelford KA, Tsoi D, Kievlan DR, Colombara DV, Ikuta KS, Kissoon N, Finfer S, Fleischmann-Struzek C, Machado FR, Reinhart KK, Rowan K, Seymour CW, Watson RS, West TE, Marinho F, Hay SI, Lozano R, Lopez AD, Angus DC, Murray CJL, Naghavi M. Global, regional, and national sepsis incidence and mortality, 1990-2017: analysis for the Global Burden of Disease Study. Lancet. 2020 Jan 18;395(10219):200-211.
5. La Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC). LA SEPSIS ACABA CON LA VIDA DE UNA PERSONA CADA CUATRO SEGUNDOS https://semicyuc.org/2013/09/la-sepsis-acaba-con-la-vida-de-una-persona-cada-cuatro-segundos/#:~:text=En%20Espa%C3%B1a%2C%20la%20SEPSIS%20afecta,de%20las%20cuales%2017.000%20mueren.
6. Hübner NO, Siebert J, Kramer A. Octenidine dihydrochloride, a modern antiseptic for skin, mucous membranes and wounds. Skin Pharmacol Physiol. 2010;23(5):244-58. )
7. Conceição T, de Lencastre H, Aires-de-Sousa M. Efficacy of octenidine against antibiotic-resistant Staphylococcus aureus epidemic clones. J Antimicrob Chemother. 2016 Oct;71(10):2991-241.
8. Koburger T, Hübner NO, Braun M, Siebert J, Kramer A. Standardized comparison of antiseptic efficacy of triclosan, PVP-iodine, octenidine dihydrochloride, polyhexanide and chlorhexidine digluconate. J Antimicrob Chemother. 2010 Aug;65(8):1712-9
9. Barrigah-Benissan K, Ory J, Sotto A et al (2022) Antiseptic Agents for Chronic Wounds: A Systematic Review. Antibiotics (Basel) 11(3): 350
10. Assadian O. Octenidine dihydrochloride: chemical characteristics and antimicrobial properties. J Wound Care. 2016 Mar;25(3 Suppl):S3-6.21- Müller & Kramer, J. Antimicrob. Chemother. 2008
11. Briese V, Neumann G, Waldschläger J, May TW, Siebert J, Gerber B. Efficacy and tolerability of a local acting antiseptic agent in the treatment of vaginal dysbiosis during pregnancy. Arch Gynecol Obstet. 2011 Mar;283(3):585-90.
12. Novakov Mikić A, Stojic S. Study results on the use of different therapies for the treatment of vaginitis in hospitalised pregnant women. Arch Gynecol Obstet. 2015 Aug;292(2):371-6
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